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2.1 El paisaje como instrumento político para la crítica espacial. Experiencias y reflexiones desde América Latina

Martín M. Checa Artasu 

martinchecaartasu@gmail.com

Adriana Gómez Bonilla

adriana.gomez.bonilla@gmail.com

Paula Soto Villagrán

paula.soto.v@gmail.com

Resúmenes aceptados en español, inglés y portugués.

El paisaje es un concepto analítico centrado en la percepción humana que ha sido usado histórica y recurrentemente para determinados análisis espaciales, desde la arquitectura, la geografía y otras ciencias sociales.  Análisis que con el paso del tiempo han superado una visión esteticista decimonónica para resultar hoy en día, integrales y con capacidad de incidir con propuestas en la gestión de políticas públicas territoriales y ambientales (Checa, 2020). 

Además de ello, en la última década en América Latina, el paisaje se ha convertido en un concepto estandarte para propuestas y demandas que reclaman mejoras y la eliminación de injusticias territoriales de todo tipo. Iniciativas de amplio espectro, algunas transnacionales (Iniciativa latinoamericana del Paisaje) y otras ciudadanas de ámbito municipal que usan el paisaje, dando mayor importancia a la percepción tanto individual como colectiva. Mismas que lo reclaman como un bien común y como un derecho aglutinante de otros más (ambiente, agua, vivienda, ciudad, etc.)  (Castiglioni et al, 2015; Checa, 2018).  

Asimismo, el paisaje ha devenido un instrumento analítico con capacidades políticas de todo tipo que es usado por colectivos subrepresentados en los espacios políticos habituales tanto en territorios urbanos como rurales (Olwig, 2002; Ribeiro, 2018). Colectivos que se movilizan por y desde paisajes para reclamos que buscan un cambio en las formas de gestionar y luchan por el respeto de derechos y voluntades ampliamente consensuadas (Barbosa, 2020; Melo Filho, 2021; Brito; Cadena, 2022). En esta mesa buscamos reunir reflexiones y experiencias en el ámbito latinoamericano donde desde el uso del paisaje como concepto analítico se plantea como clave para construir una agenda política tendiente a fortalecer derechos humanos básicos, fincados en cualquier espacio geográfico.