Adicionar ao calendário: Google / Yahoo / ICS (Apple, Outlook, Office, etc.)
La ballena Gris (Escherichtius robustus) es un mamífero marino que desarrolla todo su ciclo de vida en mares costeros del Océano Pacífico Norte donde realiza la migración más larga de todos los mamíferos, ya que anualmente recorre más de 16,000 kilómetros entre sus sitios de reproducción y nacimiento de las crías en las lagunas de Baja California Sur en México hasta sus sitios de alimentación, en el estrecho de Bering y Mar de Chuckchi en el polo norte, donde se alimenta del krill del lecho marino. En su migración recorre costas de México, Estados Unidos, Canadá y Alaska, e incluso algunas ballenas llegan hasta las costas de la Federación Rusa. Durante su inevitable recorrido la ballena gris enfrenta toda clase de amenazas. Las orcas son su predador natural, sin embargo, en los últimos 200 años han aparecido y aumentado toda clase de embarcaciones, construcciones de muelles, redes pesqueras de todo tipo, así como toxificación del ecosistema marino, derivado de los desechos y substancias tóxicas e infectocontagiosas vertidas al mar, lo que resulta en contaminación física, química y acústica, proveniente de fuentes costeras o marinas, con degradación y destrucción del hábitat de la ballena gris. A lo largo de todo su territorio, incluyendo las lagunas de crianza, fue intensamente cazada, más que por su carne, por su grasa, para procesarla y convertirla en aceite, utilizado como combustible para lámparas y maquinaria. Tanto europeos, como los colonizadores de Estados Unidos de Norteamérica se volcaron a la cacería, pero también la tribu Makah, que se incorporó a la caza comercial, procesando la grasa para vender el aceite como combustible a los barcos balleneros que transitaban por el área. La población disminuyó hasta que quedaron 2,500 ballenas para principios del siglo XX. En 1982 se aprobó la moratoria a la cacería comercial de ballenas que es aún vigente. Gracias a ésta la población se recuperó hasta los 26,000 individuos para este siglo. A pesar de la recuperación mencionada, dos fenómenos de varamientos masivos entre los años 1999 al 2001 y sobre todo en el período de 2018 al 2021 han provocado la disminución de la población en más del 25%. Cientos de ballenas han aparecido varadas a lo largo de toda la costa de su migración y se ha demostrado una gran pérdida de peso y emaciación, también en muchas de las ballenas vivas. Las causas exactas son desconocidas, pero se sospecha de procesos infecciosos, principalmente virales, pero también la falta de nutrición, debido a la escasez de su alimento resultado del calentamiento marino en el polo norte. En este trabajo se concluye que la actividad humana sobre el territorio de la ballena gris ha sido un proceso profundamente des-territorializador para este cetáceo. Este proceso se ha llevado a cabo de dos formas: directa o indirectamente, intencional y no intencional, desde la costa o en actividades marinas, lo cual ha repercutido en una problemática de gran complejidad para la supervivencia de esta especie. Finalmente, frente al uso consuntivo de ballenas se describen las grandes aportaciones de estas en la regulación del cambio climático, y la salud del ecosistema oceánico, argumento que ofrece alternativas éticas que puedan incidir en la recuperación de la especie y mejoramiento del ecosistema-territorio de la ballena gris. Así, el objetivo de este trabajo es analizar, desde una perspectiva del análisis territorial —desde donde se hace una crítica a la desterritorialización—, la relación del ser humano con la ballena gris, la cual ha sido vista como “recurso” (visión antropocéntrica), en dos contextos opuestos a lo largo del territorio por el que se desplaza, el avistamiento pacífico y amigable que se realiza en México, y la cacería propuesta y solicitada por la tribu Makah; además, esta reflexión va de la mano con las implicaciones éticas.
Recientemente se ha reconocido la importancia de considerar a los animales no humanos como habitantes de las ciudades o de su presencia en entornos urbanos (Philo & Wilbert, 2000; Barua & Sinha, 2019), sobre todo porque en la planificación de las ciudades no se contempla que los animales no humanos como las ratas, tlacuaches, cacomixtles, entre otros, puedan convivir con los animales humanos, por eso cuando hay presencia de estos otros animales se les considera como algo indeseable. Por lo anterior, el objetivo de este trabajo es realizar la etogeografía de los cacomixtles en la Ciudad de México. Para llevar a cabo este trabajo se retoman los planteamientos que el Geógrafo animal Maan Barúa propone acerca de la necesidad de tener un dialogo entre la Geografía, en particular, la Geografía de los animales y la Etología, es decir, hacer una etogeografía que contribuya al entendimiento y reconocimiento de los animales no humanos como habitantes urbanos. La etología de los cacomixtles juega un papel importante porque hace posible que a pesar de la urbanización puedan habitar la Ciudad de México. Los cacomixtles se caracterizan por tener movimientos ágiles, esto se debe a que tiene garras retráctiles –como las de los gatos– lo que les permite trepar árboles y paredes fácilmente (Hernández & Suárez, 2017). Además, son nocturnos debido a que los estudios de comportamiento que se han realizado indican que tienen una aversión a la luz del día, este rechazo comienza poco después de su nacimiento y aunque no se ha identificado que tengan tendencias monógamas tienen una estructura social que se basa en la tenencia de la tierra (Poglayen-Neuwall & Toweill, 1988). Por otra parte en la página web Naturalista se han registrado observaciones de cacomixtles, las personas pueden localizar en un mapa en dónde han visto cacomixtles y adjuntar registro fotográfico de los cacomixtles así como de rastros biológicos, que en este caso son las letrinas debido a que son un indicativo de su territorialidad ya que sus evacuaciones las depositan en el mismo sitio así como lo hacen otros mamíferos. Lo que se puede concluir del registro de las observaciones es que, los cacomixtles están presentes no sólo en el sur sino también en el centro de la Ciudad de México, sobre todo en dónde hay parques. Podemos decir que, los cacomixtles aprenden a habitar entornos complejos y dinámicos, aprehendiéndolos de acuerdo con sus propios conocimientos, velocidades y ritmos con o contra la corriente del diseño urbano (Barua & Sinha, 2019). Palabras clave: Cacomixtles, etogeografía y Geografía de los animales.