Add to calendar: Google / Yahoo / ICS (Apple, Outlook, Office, etc.)
Programas de externalización de la frontera estadounidense han sido desplegados usando razón humanitaria con consecuencias excluyentes y de muerte. Los Protocolos de Protección a Migrantes y Título 42 son dos pólizas restrictivas de asilo relacionadas a la militarización fronteriza que causaron la deportación, inmovilidad y violencias a miles de solicitantes de asilo llegando desde centro y sudamerica. Investigadores han observado como los servicios legales estadounidenses tal como la transferencia de las responsabilidades estatales hacia solicitantes de asilo de EEUU a México (Miranda 2022 y Valle 2021) forman parte de esta externalización fronteriza que produce las violentas experiencias encadenadas por paises de espera para personas en inmovilidad por latinoamerica, incluyendo diasporas haitianas. Considerando las redes de ayuda humanitaria formándose constantemente dentro de México, en la frontera México-EEUU y en toda las américas generalmente para combatir las “crisis migratorias y humanitarias,” activistas tal como investigadores deben considerar los límites politicos del asilo y acción humanitaria, incluyendo la reproducción de las prácticas fronterizas y de vigilancia racializada (Browne 2015) por parte de los estados-naciones. Esta ponencia refleja en hallazgos empíricos colectados durante casi dos años de trabajo de campo etnográfico multisituado en casas de migrante, campamentos, y otros espacios donde distintos actores humanitarios y gubernamentales interactúan con poblaciones transnacionales en movilidad por el norte y centro de México, para pensar en las formas cotidianas en que discursos y prácticas de santuario y vigilancia son casi indistinguibles a través de contextos humanitarios y de asilo. Al final, ofrezco las siguientes preguntas: ¿Cómo podemos repensar el asilo y humanitarismo— actualmente deshacernos de esos conceptos en favor de prácticas de rechazo, solidaridad y santuario que enfatizan conocimientos hemisféricos, modos de pensar y praxis fugitivos más allá de la cooptación del estado por la colonialidad del asilo (Picozza 2020)? En qué formas pueden los rechazos al refugio (Rosas 2017) y las prácticas de resistencia digital contra las tecnologías de vigilancia fronteriza emprender nuevas prácticas creativas de solidaridad y desobediencia electrónica civil en tiempos de imperialismo fronterizo de alta tecnología (Benjamin 2022)?
El presente trabajo es un análisis sobre el movimiento migratorio de venezolanos y venezolanas, conocidos como los caminantes, personas en moviliad que hacen su tránsito interno e internacional parcial o totalmente a pie. Se sitúa en un principio en San Cristóbal, capital del Estado Táchira, Venezuela y con el municipio de Cúcuta del Departamento Norte del Santader Colombia, ya que es el espacio geográfico principal por donde salen los caminantes. Atravesando la frontera colombo-venezolana Me aproximé al fenómeno de migración de venezolanos a través de una metodología cualitativa mixta, de observación participante y entrevistas mediante las cuáles procuro entender el tránsito en las distintas etapas del proceso: salida, espera, tránsito, destino. Para analizar este caso hice una revisión bibliográfica y periodística sobre los migrantes venezolanos que se dirigieron a Sur América, incluso durante de la pandemia por la covid-19 que inició en 2020, en la que se pudo observar un número significativo de caminantes que se dirigían hacia la frontera colombo-venezolana. También consiste en un trabajo etnográfico realizado entre los años 2021 y 2022 con jóvenes migrantes venezolanos que hicieron el tránsito hasta Lima, y posteriomente a finales del 2022 comenzaron su tránsito migratorio hacia los Estados Unidos. La investigación se complementa con el seguimiento, por medio de las redes sociales como WhatsApp y Facebook, del recorrido de un par de jovenes caraqueños, así como entrevistas a profundidad por medio de videollamadas. Con base en diversas investigaciones acerca de los caminantes y a partir de la experiencia propia de quien escribe este texto, los caminantes siguen transitando entre las carreteras del Estado Táchira como la única alternativa para salir del país. Por último,mirar y tener contacto con la salida, el tránsito, la espera y el destino de los migrantes venezolanos durante los últimos años nos permiten reflexionar acerca de las trayectorias y los procesos que van viviendo día con día las personas en movilidad por las Américas. Palabras clave: migración venezolana, caminantes, América Latina y frontera.
Palabras llave: Trabajo; Migración; Explotación. Resumen: El 12 de enero de 2010, Haití sufrió un terremoto de 7,0 en la escala de Richter, cuyo epicentro fue la región central del país. Las noticias oficiales reportaron que aproximadamente 3 millones de personas fueron afectadas directa o indirectamente y hubo 222.500 muertos (CJR, 2012). Tras esta catástrofe, organismos multilaterales y estados nacionales movilizaron acciones para brindar ayuda humanitaria de emergencia al pueblo haitiano. A pesar de la ayuda, muchos haitianos migraron a otros países del continente americano en busca de medios de supervivencia. En esta coyuntura, Brasil otorgó “visas humanitarias” como parte de una ayuda ofrecida al Estado haitiano, facilitando el movimiento migratorio de ciudadanos haitianos al país. En cierto modo, esta decisión del gobierno brasileño -algo inédito hasta entonces (VILLEN, 2015)- abrió un canal migratorio e hizo que Brasil figurara entre los posibles destinos para la realización de movimientos migratorios. Datos oficiales exponen que entre los años de 2010 y 2018, los haitianos y haitianas constituyeron el grupo migratorio más significativo que llegó al país. Considerando los amparos legales registrados, se otorgaron 106.475 autorizaciones (OBMigra, 2019, p. 78-83). Este grupo de inmigrantes también contribuyó significativamente al aumento del volumen de trabajadores incluidos en situación legal formal en el mercado laboral, correspondiendo a 90.607 tarjetas de trabajo en blanco -y con seguridad social- emitidas a los haitianos en los años de referencia (OBMigra, 2019, p. 51). El objetivo de esta propuesta de artículo es investigar las implicaciones de la llegada de trabajadores y trabajadoras haitianas a Brasil entre 2010 y 2018. Esto se hace a partir de una investigación empírica que analiza las condiciones de inserción de estos trabajadores en las industrias textiles ubicadas en el noroeste de la provincia de Paraná, sur del país. Investigaciones que analizan estos movimientos migratorios los asocian con el terremoto ocurrido en 2010 y la concesión de “visas humanitarias” ofrecidas por el estado brasileño. Aunque tales argumentos son ampliamente utilizados y aceptados, apuntan parcialmente al problema. La hipótesis con la cual trabajaré sostiene que dos condicionantes generales (el terremoto y las “visas humanitarias”) significaron una reformulación en la escala y destino de los movimientos, pero hay otros condicionantes generales que no son movilizados en las investigaciones que trabajan con la temática de la migración de trabajadores haitianos que llegaron a Brasil. Mi objetivo consiste, por lo tanto, en investigar y exponer estos otros condicionantes.
PALABRAS CLAVES: Movilidad humana, políticas de exclusión, xenofobia, justicia social, interseccionalidad. RESUMEN Este trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre el fenómeno migratorio de la población venezolana hacia Colombia desde una perspectiva crítica. Al cual lo atraviesan múltiples factores económicos, sociales y políticos que hacen de este un proceso complejo, pues le atañen asuntos como las políticas migratorias, la “amenaza” a la soberanía nacional y el papel que protagonizan las fronteras dentro de una crisis humanitaria. En donde, quienes se movilizan hacia países vecinos afrontan panoramas violentos, discriminatorios y xenófobos propios de la construcción de un imaginario negativo que se teje alrededor de lo que implica emigrar hacia un país diferente al originario. Este es el caso de millones de venezolanos que, debido a su cercanía o enlace hacia Centroamérica y Norteamérica, han encontrado como destino final o transitorio Colombia. Según el DANE, cerca del 90% de migrantes que recibe Colombia son venezolanos, entre ellos, madres o padres de familia que en la desesperación de solventar las necesidades básicas de su familia emigran a ciudades como Bogotá y Medellín. Ideando maromas en las que difícilmente logran recolectar lo preciso para una habitación en donde pasar la noche. No obstante, el perfil migratorio de los venezolanos en Colombia es realmente plural y diverso. Lo que quiere decir, que es posible caracterizar a quienes emigran, si lo hacen solos o en familia. Si planean quedarse permanentemente o, por el contrario, practican una movilidad transitoria. La migración es un fenómeno que comprende el tránsito de un individuo o grupo de personas hacia un territorio diferente de su país de origen. Massey1, desde una perspectiva neoclásica, concibe las motivaciones de los sujetos que emigran sobre una dinámica de 1 MASSEY, DOUGLAS (1998). “Worlds in motion. Understanding International Migration at the End of the Millennium”. ClarendonPress. Oxford. expulsión y atracción. En donde el individuo considera factores externos propios de su país (push) frente a las condiciones más llamativas y provechosas de otros lugares y territorios (pull). Por otro lado, Bee2 ofrece una lectura socio histórica, sosteniendo que para los sujetos migrantes el país receptor representa una cuna de oportunidades. Sin embargo, los sujetos que se encuentran en condición de movilidad humana se enfrentan a las consecuencias de los procesos migratorios, pues estos avivan prácticas discriminatorias. Que, desde una perspectiva nacionalista, desestabilizan el sistema económico, incrementan la pobreza y la violencia. Ahora bien, lo descrito anteriormente comparte estrecha relación con los imaginarios sociales que se reproducen alrededor de la movilidad humana venezolana. En el cual los sujetos a los que los atraviesa esta condición son criminalizados, rechazados e individualizados. Estas prácticas tipifican las políticas de exclusión. Con el objetivo de este trabajo, se toma la tesis de Martha Nussbaum3, quien realiza un estudio sobre las emociones que las configuran. En este caso, el asco, el cual está motivado por el miedo. El miedo es una emoción importante en la dimensión política que, mezclado con la angustia, ha sido utilizado como herramienta para las políticas de exclusión. El asco es una emoción visceral, intensa e irracional y tiene un marcado contenido cognitivo, por ende, parte de las cosas a las que le tenemos asco son producto de lo que imaginamos. Para Nussbaum el asco es proyectivo, y esta proyección se reproduce sobre un grupo vulnerable; poniendo en peligro la igualdad y el respeto mutuo. En este caso, es notable la vulnerabilidad a la que se ven enfrentados los venezolanos en condición de movilidad humana, en medio de la precariedad y la falta de derechos al no tener el estatus de ciudadano. Barandica4 comenta que la situación de los venezolanos no es solo una cuestión xenófoba, sino también, aporofóbica. Agravando la peligrosa concepción de un “yo” frente a un “otro” que se concibe como ajeno y diferente. Los inexistentes avances en materia de legalización del gobierno llaman a un ejercicio reflexivo sobre el asentamiento permanente de los venezolanos en Colombia. Por lo anterior, se dará una mirada a la propuesta pragmática que realiza Nancy Fraser5 en torno a la justicia 2BEE, ELÍAS (2013). Impacto de la migración en el desarrollo socioeconómico de América Latina. Revista Ciencia & Futuro. 3 NUSSBAUM, MARTHA (2019). La monarquía del miedo. Ediciones Paidós, Barcelona. 4 BARANDICA, MARGARITA (2020). Migrantes venezolanos en Colombia, entre la xenofobia y aporofobia; una aproximación al reforzamiento mediático del mensaje de exclusión. Latitude Multidisciplinary Research Journal. 5 FRASER, NANCY (2008). La justicia social en la era de la política de identidad: redistribución, reconocimiento y participación. Revista de trabajo. social, donde se entrelazan paradigmas filosóficos-normativos alrededor de la tradición liberal de la redistribución y la filosofía hegeliana del reconocimiento. En otros términos, una discusión que terminará por desarrollarse tradicionalmente en las teorías políticas marxistas y feministas. Desde la cual, partimos sobre el interrogante de sí los venezolanos en movilidad humana deberían ser protagonistas de las políticas de reconocimiento, y en segundo momento, de las políticas redistributivas. Hilando la última reflexión de este trabajo con lo que ya se ha expuesto, se propone partir desde un enfoque diferencial e interseccional, que simultáneamente dialoga con la bidimensionalidad de los sujetos que sostiene Fraser, para el cual evidenciamos que los migrantes venezolanos son objeto de múltiples discriminaciones al ser mujeres, jóvenes o población sexual y género diversa. Estos últimos se enfrentan a una serie de prejuicios xenofóbicos y sexuales en Colombia que las instituciones invisibilizan. En conclusión, este trabajo pretende reflexionar sobre la movilidad humana venezolana, las emociones que despierta la irrupción masiva de un grupo de personas en un país hostil y la posición que debe tomar el Estado colombiano a fin de proteger una ciudadanía que no se pierde con el paso de fronteras. Todo esto, atravesado por un enfoque diferencial que converge con la interseccionalidad de los migrantes venezolanos, entendidos como sujetos que, además de emigrar, comparten múltiples condiciones vulnerables.
Mi interés por el tema de adolescentes en situación de movilidad ha nacido hace más de diez años en los campos de refugiados en Siria y Líbano, acompañar, documentar y analizar las experiencias de adolescentes en su trayectoria por México, es mi tema de la tesis del doctorado en Antropología Social. El objetivo del articulo será analizar y reflexionar sobre las fronteras y barreras que presentan las/os adolescentes centroamericanos y mexicanas/os como resultado de mi trabajo de campo en Tijuana de agosto a diciembre 2022, aunque desde la ley mexicana son conocidos como menores no acompañados, en su mayoría son adolescentes que migran acompañadas/os de personas del mismo grupo de edad. Ellas/os como personas menores de 18 años deben contar con el apoyo de la procuraduría de protecciones a menores, una protección que se mezcla con control a través de los documentos y la detención en el DIF. En Tijuana hay varias organizaciones de la sociedad civil que se ocupa de garantizar la entrada a NNA no acompañadas/os a EEUU presentando su acta de nacimiento, entre esas organizaciones menciono; Al Otro Lado que trabaja en San Diego y Tijuana por eso garantiza resultados más rápidos ya que son abogados en los dos países vecinos. Como parte de mi trabajo como voluntaria con ellos, acompañé varias/os adolescentes en su proceso de presentar asilo en Estados Unidos, escuché sus historias y les ayudé a “reconocerse como caso” porque sin la creación o fabricación de casos no “merecen” ser solicitantes de asilo, y son devueltas/os a México. Este acompañamiento me llevó a reflexionar sobre el derecho de refugio o asilo para un menor no acompañado que tiene muchas berreras y fronteras no permite que se cumpla como debe ser, al contrario, son prácticas cotidianas que produce ilegalidad y deportación, nada de protección ni derechos para este grupo de edad. Además de la existencia de algunas organizaciones internacionales que se fingen como filtro de elección por lo tanto la/el adolecente tiene que tener un caso de violencia marcado y exige muchos documentos del DIF, para demostrar que cada NNA está bajo la protección de la misma. En la frontera sur de México, según me comentaron tres adolescentes, el refugio se vuelve una obligación para poder quedar en los albergues y para transitar por el país, cada documento puede tardar meses, hasta un año y el adolescente está en riesgo de cumplir 18 años y perder su única esperanza en ser recibido en EEUU. Otro tema importante de mencionar es interés superior de la niñez, casi no se habla de eso, se interpreta de forma muy rápida, eso hace que una sola persona sea la responsable de la vida de otra solo por ser “menor” sin contar con él/ella para saber su opinión, decisión sobre su propia vida. Siempre se escucha la misma justificación desde el DIF debido al número alto de adolescentes en situación de movilidad y el bajo número de personal trabajando en los centros de atención especializada como el DIF, se hace una entrevista corta sin presencia de especialistas, se firma un documento y se pasa al otro caso.