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Geógrafas Latinoamericanas, Geografías Críticas, invisibilidad
Desde los años setenta se manifestó un descontento con las geografías hegemónicas que se enseñaban en América Latina, en un contexto de gran efervescencia política y social por los movimientos sociales en el mundo, entre los que desatacan: el movimiento por derechos de las personas afrodescendientes, los movimientos verdes, los pacifistas hasta los movimientos por los derechos lésbico- gay, por los derechos de las personas con discapacidad, en contra de la guerra de Vietnam, entre otros la geografía latinoamericana también manifestaba sus deseos de participar en la construcción de un mundo mejor. Pero fue hasta los años 80 que se puede identificar con mayor claridad la participación de los aportes de las geógrafas latinoamericanas en los debates, las aportaciones y las inconformidades con un tipo de geografía de corte hegemónico, ya sea en su vertiente marxista, feminista o humanista. Y si bien no hubo un movimiento articulado, si se observa una “coincidencia”, resultado de condiciones similares en las problemáticas que enfrentaba la región, la denominada década perdida, la implementación de las políticas neoliberales a veces con una violencia extrema como fue en el caso de Chile, o con represión hacia los y las docentes de geografía en sus diferentes ámbitos laborales, resultado de sus posiciones de en temáticas que consideraban poco importantes e incluso contrarias a quienes detentaban el poder en las décadas de los setenta y ochenta, acallaron voces y presencias. Aunado a la mirada patriarcal en la ciencia se han menospreciado las aportaciones de geógrafas que han contribuido en el desarrollo de la geografía crítica. Autoras como Graciela Uribe y Elena Chiozza han sido más conocidas en la región , pero otras autoras como Graciela Taddey, Miriam Pérez y Ema Vico (Uruguayas) Mónica Colombara, Amalia Inés Gerais (Argentinas la segunda con una carrera desarrollada en Brasil), Ximena Valdés y Gladyz Armijo Zuñiga, de Chile, junto con las mexicanas Georgina Calderón Aragón y Blanca Rebeca Ramírez, y las brasileñas: Odette Carvalhó De Lima Seabra, Ma. Adélia A. de Souza, Helena Kohn Cordeiro, Esther Rosa Rossini, Ana Fani Alessandri Carlos, Sandra Lencioni entre otras, son geógrafas que han contribuido en el desarrollo de las geografías criticas latinoamericanas. Todas ellas geógrafas que han realizado carreras dentro de la geografía, que han sido referente con sus publicaciones, presentación en eventos latinoamericanos y en el quehacer del día a día en el aula para la formación de nuevos y nuevas geógrafas. Ellas con miradas críticas, solidez teórica y compromiso con las mejores causas de la región, tal vez no las más prestigiadas o las de mayor renombre dentro de la geografía, han realizado aportaciones en campos de la geografía de la enseñanza, política, urbana, de los desastres y del género. Todas ellas vivieron y tuvieron los inicios de sus vidas laborales bajo condiciones de gobiernos totalitarios, por los golpes militares de Brasil [1964], Uruguay [1973], Chile [1973), Argentina [1976], a excepción de México pero que por otro lado ha vivido el autoritarismo con represión selectiva y votaciones cada seis años que daban la apariencia de gobiernos democráticos. Aquí queremos presentar los caminos recorridos espaciales, formativos y algunas de sus aportaciones a campos del conocimiento geográfico, y con ello resarcir un poco la invisibilidad que se ha tenido de su obra en la escala latinoamericana a pesar de sus importantes aportaciones al desarrollo de las geografías críticas latinoamericanas.
Somos una red de geógrafas que busca posicionar y relevar el saber de la profesión desde una perspectiva feminista, visibilizando las problemáticas geográficas que principalmente ocurren en diferentes territorios de nuestro país. Actualmente somos 226 socias desplegadas a nivel nacional. El año 2019 Chile estuvo marcado por masivas protestas y descontento social, desencadenadas por el rechazo al aumento del pasaje del metro, sin embargo, incubadas en un ambiente de frustración económica, social y de género que llevó a que la clase política firmara un acuerdo político que habilitaría un proceso para cambiar la actual Constitución heredada de la dictadura civico militar (1973-1990). Dado lo anterior y, a que muchas problemáticas territoriales tenían expresión en estas movilizaciones, durante ese año nuestra discusión colectiva estuvo centrada en el llamado estallido social, tomando la iniciativa de liderar y articular a la comunidad geográfica chilena a través de iniciativas llamadas “Geografxs por el apruebo y Convención Constitucional”. Sosteníamos que como geógrafas feministas no podíamos restarnos del inédito e histórico debate constituyente que la movilización social había conseguido, pues argumentamos que desde la geografía es imprescindible reconocer que los territorios no son neutros y, que se requiere un conocimiento en profundidad sobre la distribución espacial y el contexto temporal, para eliminar sesgos generalistas y encontrar acuciosamente los obstáculos o situaciones que acentúan la vulnerabilidad y, por ende, el riesgo y las desigualdades estructurales de la mayoría de las comunidades que habitan el territorio nacional. En este sentido, durante el 2021 desarrollamos junto a la Universidad Alberto Hurtado y el Colectivo de Geografía Crítica Gladys Armijo un seminario permanente que denominamos “Seminario Geografía y Nueva Constitución: Contribución de los saberes geográficos al proceso constituyente, resumido en tres grandes temas: “Hacia una constitución ecológica”, “Un nuevo Chile para un nuevo territorio: régimen territorial y desconcentración del poder” y, “Ordenamiento Territorial y nueva constitución: caminos y posibilidades”. Nuestro enfoque planteó como imperativo la necesidad de un Estado que avance integralmente en la incorporación de diferentes visiones provenientes de las naciones originarias y de otros sistemas saberes, que promuevan un equilibrio sobre la convivencia humana en la naturaleza. Asimismo, a la nacionalización, redistribución y acceso social a bienes naturales comunes (suelo, agua, minerales);participación ciudadana en la toma de decisiones (deliberativa y vinculante); bienes naturales comunes y medio ambiente como sujeto de derechos, entre otros temas que la carta fundamental debía considerar. La Convención Constitucional ya instalada otorgó la posibilidad de recibir audiencias públicas, siendo seleccionadas dentro de las más de 7 mil postulaciones recibidas por la Comisión de Medio Ambiente, Derechos de la Naturaleza, Bienes Naturales Comunes y Modelo Económico, para exponer de manera presencial acerca de la necesidad y el por qué la nueva constitución debía constitucionalizar el ordenamiento territorial en base a las siguientes interrogantes: ¿Por qué es necesario planificar el territorio desde las realidades (o complejidades) territoriales más allá de la dicotomía de los espacios rurales y urbanos? ¿Por qué es necesario planificar el territorio con perspectiva de género? Como resultado de este proceso, fuimos parte activa de la co-construcción de la norma constitucional de ordenamiento territorial propuesta. Experiencia de incidencia política que nos parece interesante dar a conocer a la comunidad geográfica Latinoamericana. La propuesta constitucional en Chile fue rechazada en el plebiscito de salida el 5 de septiembre de 2022. Hoy nos encontramos en un nuevo proceso constituyente y la visión acerca del territorio y el medio ambiente es nula. Si bien se incorporó forzadamente un capítulo de medio ambiente, este ha recibido importantes críticas desde las organizaciones ambientales, la comunidad científica y del derecho ambiental, pues persevera un enfoque antropocéntrico y no se hace cargo de la actual y progresiva crisis climática y ecológica, entre otros temas. A la fecha de este escrito desconocemos cuáles serán los lineamientos que tome la nueva propuesta, y si esta tendrá o no el reconocimiento necesario para transformarse en un acuerdo legítimo de base institucional para quienes habitamos el país, por lo que nos parece relevante compartir en la mesa Geografías críticas, ¿herramientas para el futuro? del 9º Congreso Internacional de Geografías Críticas la experiencia de nuestro quehacer, las expectativas y frustraciones del proceso.
The first edition of the International Conference of Critical Geography took place in Vancouver in 1997. This coming together was largely a response to increasing forms of national chauvinism, conservatism of professional organisations, and the growing corporatization and institutionalisation of educational spaces. The spirit of the conference was reflected in ‘A world to win’, an energising statement published by the International Critical Geography Group. Nearly a quarter century has passed, and this gathering continues to convene – from Vancouver, Mumbai and Ramallah to Athens and Mexico, where it returns for a second time. This success has been largely sustained through decentralised, volunteer and self-organised labor committed to maintain an internationalist space where scholars and activists can gather to collectively imagine a more egalitarian world through study and struggle.
Responding to this panel’s call for considering forms of critical spatial thought and action, we explore the International Critical Conference of Geography as a place of encounter where friendships and alliances are forged but also as a space for critical intellectual exchange and political action. Drawing on our experience as organisers and contributors to the International Critical Geography Group, we reflect on the challenges of building and maintaining an undisciplined and transnational space of study and struggle. In particular we consider questions about autonomous organising, language and translation, southern knowledges and intellectual traditions, and transnational solidarity. In so doing we hope to contribute to an exploration of collective histories and experiences of critical geography.
Palabras claves: cartografía crítica, procesos colectivos, geografías colectivas
Resumen:
La cartografía parece estar de moda, y dentro de los múltiples efectos que eso conlleva, uno positivo es que se propaga como herramienta de lucha. Eso va modificando también nuestra práctica de acompañamiento de procesos de cartografía colectiva por parte de activistas y de otros actores, y de reflexión sobre la cartografía que acompaña experimentos de de-construcción y de re-imaginación de lo que puede ser una práctica cartográfica descolonial y situada.
Al principio de nuestro viaje por la cartografía, queríamos crear mapas para acompañar luchas emancipadoras. Más de una década después, experimentamos el mapeo como un proceso más amplio que involucra nuestro propio devenir como kollektiv orangotango, nuestra transformación en una red más extendida de compañerxs cartográficxs y también nuestra relación con las luchas, con y más allá de los mapas.
Hoy en día, vemos la cartografía colectiva como un proceso en el que se reflexiona sobre la relación que unx tiene con el espacio, y en el que diferentes perspectivas intersubjetivas, así como diferentes tipos de conocimientos (el cotidiano, el tradicional, el encarnado, y el académico, para citar algunos) pueden converger y abrir caminos para la acción. Para ello, creemos que es crucial integrar la noción de “sentipensar” (Escobar) en lo que, haciendo referencia a bell hooks, puede denominarse una “cartografía comprometida”, es decir, una cartografía basada en un diálogo que involucre tanto el corazón como la mente. Esto implica también revisar la concepción que tenemos de nosotrxs mismxs contra-cartográfxs, con un énfasis puesto sobre la importancia de escuchar las narrativas cartográficas con las que encontramos. Las prácticas de escucha profunda o la lectura profunda de los mapas existentes o emergentes que encontramos en este viaje por las contra-cartografías globales nos llevan últimamente a profundizar en las luchas que existen atrás de estos mapas: desde las microbacterias y los hongos del compost contra la crisis del suelo, hasta las estrategias sensuales y afectivas de los movimientos antiautoritarios para combatir el autoritarismo y la tristeza.
Aprovecharemos el espacio que abre la mesa de trabajo para presentar una reflexión sobre la evolución de nuestro trabajo colectivo, su relación con el pensamiento espacial crítico y el activismo geográfico, y las perspectivas futuras que estos caminos abren.
Abstract:
El Colectivo de Geografía Crítica del Ecuador cumplió 10 años en 2022. En esta década, el colectivo ha transitado entre los ecologismos, los feminismos y los anticolonialismos, generando una reflexión espacial y una serie de aportes a las luchas del campo popular ecuatoriano. La ausencia de una geografía humana en el ámbito de la educación superior en el país, así como los levantamientos indígenas de 2019 y 2022, la nueva diáspora ecuatoriana o la organización del IV Congreso Latinoamericano de Ecología Política, nos han llevado a reflexionar algunos de los límites y potencialidades que la construcción de geografías críticas en colectivo, para aportar al debate de la transformación de la disciplina geográfica en diálogo con diferentes actores sociales.
Palabras claves: geografías críticas colectivas, geografías con los movimientos sociales, ecología política, (in)movilidades, antirracismos.